Los drones de Hacienda también se equivocan
Muchos contribuyentes han recibido notificaciones en las últimas semanas desde la oficina de Catastro avisando de una irregularidad, después de que terminara la investigación iniciada en 2014 por la Dirección General.
Investigación con satélite y drones de Hacienda
Han sido unos 4.340 municipios españoles los que se han puesto en el punto de mira, al haber sido sometidos a un rastreo aéreo con satélite y drones de Hacienda. Estos han realizado fotografías desde el aire para conocer el estado de las fincas, y proceder luego a contrastar si lo que se veía en tales imágenes se correspondía a lo que figuraba en la oficina del Catastro correspondiente.
Del estudio han salido múltiples casos de edificaciones y construcciones no regularizadas, es decir, que no constaban en la oficina. Todas ellas, sin embargo, no incurrían en casos reales de irregularidad, lo que los hace suspectible de recurso. En muchas ocasiones y en virtud de las fotografías tomadas se ha tomado como construcción una piscina de plástico o una pérgola móvil, que no pueden ser valoradas como tal.
¿Qué conlleva incurrir en irregularidad?
Incurrir en una irregularidad supone recibir una notificación y tener que abonar, para empezar, una tasa de 60 euros. El valor catastral del inmueble aumentará, por lo que en los siguientes ejercicios habrá que abonar un Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) mayor. Y no solo eso. Catastro también se pondrá en contacto con el Ayuntamiento competente para que liquide el nuevo IBI en los últimos cuatro ejercicios, que aún no han prescrito.
Para evitarlo, es responsabilidad del contribuyente tener sus datos al día en la oficina del Catastro. Y casi siempre es mejor personarse directamente en la misma, porque es posible que la comunicación entre el Ayuntamiento y la oficina no se dé y los datos no se actualicen. E incluso en ese caso, como decimos, la responsabilidad en última instancia será del contribuyente.
Solvenza Abogados
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